Las galletas de chocolate blanco suaves combinan mantequilla cremosa, azúcar dulce y trocitos de chocolate blanco que se funden al hornear. Nacidas como una variante moderna de las clásicas cookies americanas, destacan por su textura tierna, casi sedosa, y su aroma cálido. Cada bocado ofrece un contraste delicioso entre un centro blando y bordes ligeramente dorados, creando una experiencia dulce y reconfortante.

Cuando preparo galletas de chocolate blanco suaves, disfruto trabajar la masa hasta lograr ese equilibrio perfecto entre suavidad, aroma y cremosidad. A lo largo de los años he probado distintas proporciones y técnicas para afinar su textura, y siempre vuelvo a la misma sensación: son galletas que transmiten calidez desde el primer bocado. Me encanta cómo el chocolate blanco se funde lentamente, creando un sabor delicado que complementa la masa tierna.
PEKIS – chef profesional y desarrollador de recetas con más de 25 años de experiencia, especializado en cocina europea e internacional.
Texturas suaves para unas galletas irresistibles
Un enfoque cremoso, delicado y lleno de sabor
Las galletas de chocolate blanco suaves destacan por su textura tierna, su aroma cálido y su sabor equilibrado, una combinación que atrae tanto a quienes buscan un postre clásico como a quienes disfrutan de un toque moderno y cremoso. La mezcla de mantequilla, azúcar y chocolate blanco crea una masa que se funde con delicadeza al hornearse, generando centros blandos y bordes ligeramente dorados. Ese contraste es lo que convierte a estas galletas en un bocado tan deseado: una experiencia suave, dulce y reconfortante que resulta perfecta para cualquier momento del día.
El comportamiento de la masa depende de la relación entre ingredientes secos y húmedos. La harina proporciona estructura, mientras que la mantequilla y el azúcar aportan humedad y suavidad. El chocolate blanco, con su dulzor marcado y su textura cremosa, actúa como punto focal, dejando pequeños bolsillos fundidos que intensifican la sensación de suavidad. El reposo previo de la masa también juega un papel clave, permitiendo que los sabores se integren y que la textura final sea más uniforme y estable. Todo esto da como resultado unas galletas de chocolate blanco suaves con una miga tierna, agradable al tacto y totalmente irresistibles.
Breve origen
Aunque las galletas con chocolate nacieron en Estados Unidos, la versión con chocolate blanco surgió como alternativa más suave y cremosa cuando los reposteros comenzaron a experimentar con distintos tipos de chocolate. Con el tiempo, este estilo se hizo popular por su sabor delicado y su capacidad para ofrecer una dulzura más elegante que las versiones tradicionales. Hoy en día forman parte de los clásicos modernos de la repostería casera.
Por qué te encantará esta receta
- Textura muy suave con interior tierno
- Sabor cremoso gracias al chocolate blanco
- Preparación accesible incluso para principiantes
- Aroma cálido y dulce que llena la cocina
- Perfectas para regalar o acompañar bebidas calientes
Influencia de los ingredientes en la textura
La mantequilla aporta suavidad y estructura ligera, mientras que el azúcar influye en la caramelización y la coloración. La harina mantiene la masa estable y soporta los trocitos de chocolate sin que se hundan. El chocolate blanco añade notas lácteas y un dulzor característico, creando el efecto de “derretirse en la boca”. Una masa equilibrada da como resultado galletas tiernas, con bordes delicadamente crujientes y centros que conservan su humedad incluso después de enfriar.
Descubre más recetas relacionadas
Si deseas explorar alternativas similares con texturas suaves o dulces clásicos reconfortantes, aquí tienes dos opciones que combinan muy bien con estas galletas.
Descubre más ideas dulces en Receta de Galletas con Chispas de Chocolate Gruesas.
Explora más opciones caseras en Galletas de azúcar con glaseado fácil – receta.
Perfil de sabor y sensaciones
Estas galletas destacan por su equilibrio: dulzura suave, textura cremosa y aroma ligero a vainilla. Los trocitos de chocolate blanco se funden parcialmente, aportando un toque lácteo muy agradable, mientras que la masa se mantiene tierna. Cada bocado se siente cálido, delicado y reconfortante, ideal para quienes buscan un postre dulce pero no excesivamente intenso.
Conservación y preparación anticipada
Gracias a su contenido de mantequilla y al chocolate blanco, estas galletas conservan su suavidad durante varios días. Al guardarlas en un recipiente hermético, mantienen una textura tierna y una humedad ideal. La masa admite reposo prolongado en refrigeración y también puede congelarse en porciones, permitiendo hornear galletas frescas cuando sea necesario. Esto facilita la planificación, ya sea para reuniones, celebraciones o para disfrutar de un antojo dulce de manera rápida y organizada.
Matriz sensorial del chocolate blanco
- Cremosidad: proviene del cacao manteca del chocolate blanco
- Suavidad interna: resultado de la humedad equilibrada en la masa
- Aromas cálidos: desarrollados por la vainilla y el horneado suave
- Dulzor delicado: característico del chocolate blanco y el azúcar en armonía
- Batir la mantequilla y los azúcares:
Coloca 115 g de mantequilla sin sal (½ cup), 100 g de azúcar blanco (½ cup) y 50 g de azúcar moreno claro (¼ cup) en un bol. Bate a velocidad media con una batidora de mano durante 2–3 minutos. La mezcla debe verse esponjosa, pálida y homogénea. - Añadir el huevo y la vainilla:
Rompe 1 huevo grande de 50 g (1 large egg) en un bol aparte para evitar cáscaras. Agrégalo junto con 5 ml de extracto de vainilla (1 tsp) a la mezcla anterior. Bate a velocidad baja durante 20–30 segundos. La mezcla debe verse suave y sin grumos. - Mezclar los ingredientes secos:
En otro bol, combina 130 g de harina (1 cup), 2 g de polvo de hornear (½ tsp), 1 g de bicarbonato (¼ tsp) y 1,5 g de sal fina (¼ tsp). Mezcla hasta que se vea uniforme. - Formar la masa:
Incorpora los ingredientes secos a los húmedos en dos tandas. Mezcla a velocidad baja 20–30 segundos hasta obtener una masa suave. No sobrebatas o las galletas quedarán densas. La masa debe sentirse ligeramente pegajosa pero firme. - Añadir el chocolate:
Agrega 85 g de chispas de chocolate blanco (½ cup). Mezcla con una espátula realizando movimientos envolventes de abajo hacia arriba. No remuevas de forma brusca. Las chispas deben quedar distribuidas de manera uniforme. - Refrigerar la masa:
Cubre el bol y refrigera 30 minutos. Esto evita que las galletas se expandan demasiado y mantiene el centro suave. La masa se volverá más firme. - Formar las galletas:
Forra una bandeja con papel vegetal. Forma porciones de unos 45 g (aprox. 2 tbsp) y colócalas separadas 5 cm. Las bolitas deben verse redondas y compactas. - Hornear:
Precalienta el horno a 180°C (350°F). Hornea durante 12 minutos en la rejilla central. Los bordes deben verse dorados suaves y el centro aún tierno. Si los bordes no están dorados, hornea 2 minutos más. - Comprobar el punto:
Prueba visual: bordes dorados claros.
Al tacto: centro muy suave pero no crudo.
Superficie: ligeramente inflada, con chocolate blanco fundido visible. - Enfriar:
Deja enfriar 10 minutos en la bandeja para evitar roturas y permitir que se asienten. Luego transfiérelas con cuidado a una rejilla. Se endurecen ligeramente al enfriarse pero conservan un centro muy suave.
FAQ question¿Puedo sustituir el chocolate blanco en estas galletas?
Sí, puedes usar otro tipo de chocolate. Elige chocolate con leche para un sabor más dulce o chocolate negro para un contraste más intenso. Mantén el tamaño de los trozos para que el horneado sea uniforme.
FAQ question¿Por qué mis galletas quedaron demasiado planas?
La masa necesita más estructura. Una cantidad insuficiente de harina, mantequilla demasiado blanda o saltarse el reposo puede causar que las galletas se expandan demasiado. Refrigera bien la masa y usa mantequilla ablandada, no derretida.
FAQ question¿Cómo puedo mantener las galletas suaves por varios días?
Guárdalas en un recipiente hermético. La humedad interna conserva la suavidad, así que mantén las galletas bien cerradas una vez frías. Un trocito de pan dentro del recipiente ayuda a mantener la textura.
FAQ question¿Se puede congelar la masa o las galletas horneadas?
Sí, ambas opciones funcionan bien. Congela porciones individuales de masa y hornéalas añadiendo 1–2 minutos. Las galletas horneadas mantienen su textura suave al congelarse; descongélalas a temperatura ambiente.
FAQ question¿Cómo puedo decorar las galletas de chocolate blanco?
Lo ideal es mantenerlo simple. Añade más chispas de chocolate blanco antes de hornear o un ligero hilo de chocolate blanco derretido después de enfriar. Así se realza la apariencia sin saturar el sabor.
FAQ question¿Cómo hacerlas sin gluten?
Usa una mezcla de harina sin gluten de buena calidad. La textura será un poco más blanda, pero el reposo adicional de la masa ayuda a mantener la forma.
FAQ question¿Son aptas para dietas sin lactosa o sin lácteos?
Con sustituciones, sí. Cambia a mantequilla vegetal y chocolate blanco sin lácteos. Debes considerar que estos chocolates se derriten de manera diferente y pueden producir una textura más suave.
Disfrutando galletas de chocolate blanco suaves
Las galletas de chocolate blanco suaves ofrecen una textura tierna y cremosa que convierte cada bocado en una experiencia dulce y reconfortante. Sus bordes ligeramente dorados contrastan con un interior blando que mantiene la humedad incluso después de enfriarse. Esta combinación de suavidad y dulzor equilibrado las hace ideales para quienes disfrutan sabores delicados y una preparación sencilla. La masa se trabaja con facilidad, requiere poco tiempo de reposo y permite obtener resultados consistentes tanto para principiantes como para quienes ya dominan la repostería casera.
Beneficios prácticos y variaciones
Estas galletas destacan por su versatilidad y adaptabilidad a diferentes necesidades. La receta permite sustituciones para opciones sin gluten o sin lácteos, manteniendo una textura suave y un sabor agradable. Su capacidad para conservarse bien en recipientes herméticos facilita la preparación anticipada, ya sea horneando porciones grandes o congelando la masa para disponer de galletas recién hechas en cualquier momento. Su estructura tierna y sus notas cremosas de chocolate blanco aceptan variaciones adicionales, como frutos secos, toques cítricos o vainilla extra, sin perder su esencia.
La dulzura suave del chocolate blanco combina perfectamente con bebidas calientes, meriendas rápidas y bandejas de postres. Además, su apariencia dorada y su aroma cálido las convierten en un detalle perfecto para regalar, compartir o presentar en reuniones familiares.
Momentos ideales para servirlas
Estas galletas brillan en celebraciones, meriendas casuales, reuniones con amigos y épocas festivas. Su textura cremosa y su sabor delicado hacen que sean bien recibidas tanto por adultos como por niños. Funcionan especialmente bien como parte de mesas dulces, regalos caseros o como un pequeño capricho para acompañar café o té. Su equilibrio entre facilidad, suavidad y dulzor cremoso las convierte en un postre especial para cualquier ocasión en la que se busque algo reconfortante y delicioso.
Alérgenos
Contiene: gluten (harina), huevo, lácteos (mantequilla), soja (posible en chocolate blanco).
Sustituciones
- Sin gluten: usar mezcla de harina sin gluten; la textura será más suave.
- Sin lácteos: usar mantequilla vegetal y chocolate blanco sin lácteos; el sabor variará ligeramente.
- Sin huevo: sustituir por 45 ml (3 tbsp) de compota de manzana. Las galletas tendrán una textura más blanda.
Vitaminas y minerales (por ración)
- Vitamina A: 60 IU – apoya la función visual
- Calcio: 28 mg – contribuye a la salud ósea
- Hierro: 0,5 mg – favorece el transporte de oxígeno
- Potasio: 58 mg – ayuda al equilibrio de líquidos
Antioxidantes (por ración)
- Antioxidantes del cacao del chocolate blanco: 20 mg – favorecen la salud de la piel
- Antioxidantes del extracto de vainilla: 5 mg – aportan efectos antiinflamatorios leves





